Avanzamos en la identificación y conservación de la biodiversidad endémica de lugares contaminados por metales pesados y su potencial uso en aplicaciones biotecnológicas

Avanzamos en la identificación y conservación de la biodiversidad endémica de lugares contaminados por metales pesados y su potencial uso en aplicaciones biotecnológicas

El pasado mes de julio los equipos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), el Jardín Botánico de Olarizu (Vitoria-Gasteiz), y Neiker realizaron una salida de campo conjunta para llevar a cabo distintos muestreos en el enclave minero de Lanestosa, con la finalidad de identificar y conservar la biodiversidad endémica de lugares contaminados por metales pesados para su potencial uso en aplicaciones biotecnológicas.

En este trabajo multiequipo, la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) está participando con un grupo de ecofisiología vegetal y otro de zoólogos expertos en toxicología ambiental. El grupo de toxicología ambiental estudia el uso de la fauna macroinvertebrada (lombrices, babosas, caracoles) como indicadores ambientales de áreas contaminadas por metales pesados. Con los ejemplares capturados creará un banco de tejidos de los macroinvertebrados tolerantes a estas condiciones de toxicidad. El grupo de ecofisiología está estudiando los efectos de las elevadas concentraciones de metales pesados sobre las plantas para determinar cuáles son metalícolas (acumuladoras) o indicadoras y tolerantes (exclusoras) a estos contaminantes. Las plantas adaptadas a ese tipo de ambientes son útiles en fitorremediación y fitogestión de áreas contaminadas.

El equipo del Jardín Botánico de Olarizu está estudiando la flora y la vegetación del emplazamiento. El primer objetivo es identificar la flora del lugar para elaborar el catálogo florístico y facilitar el trabajo de los ecofisiólogos. En segundo lugar, se han recolectado semillas de las especies de plantas endémicas, metalícolas y tolerantes con el fin de constituir un banco de germoplasma de estas especies que asegure su conservación ex situ y la posibilidad de utilizarlas en el futuro en proyectos de investigación y restauración. El tercer objetivo es realizar una cartografía de hábitats para proponer medidas de gestión y conservación in situ para el conjunto de la diversidad vegetal de esa antigua explotación minera.

El equipo de Neiker está estudiando la microbiota del suelo (bacterias y hongos) y ha tomado muestras de suelo de las zonas más contaminadas para aislar, caracterizar e identificar microorganismos que crecen en suelos con grandes concentraciones de metales pesados y promueven el crecimiento de las plantas resistentes a los metales. A partir de ese trabajo, se creará un biobanco de microorganismos con potencial uso biotecnológico.

Toda esta aproximación multidisciplinar se realiza con el objetivo de establecer una estrategia para la conservación de la biodiversidad propia de áreas mineras contaminadas con metales potencialmente tóxicos, pensando en su utilidad biotecnológica en restauración de lugares contaminados.